Amor incondicional

                                                 AMOR INCONDICIONAL

“Buenos días, mi amor, me encanta despertarme con mi polla dura mojada dentro de tí. No hay mejor manera de empezar el día.”

“Buenos días, mi estrellita brillante, ¿quieres que siga?”

“Sí, me encantaría, me encantan todas las mañanas desde que estamos juntos. Antes de conocerte solo pensaba qué manera de acabar con mi vida sería la más rápida, limpia y eficaz. ¿Cortarme las venas con un cuchillo recientemente afilado, con la cuchilla que saqué con mucho cuidado de mi gilette fusion color plata o con uno de los cristales verdes que quedaron rotos anoche en el suelo del salón después de que se me cayera la botella vacía de Jameson, que compré de oferta en Tesco hace dos días? ¿Abrir el botiquín y tragar las pastillas de todos los colores del arco iris que me iba comprando poco a poco por internet durante los últimos meses? No sé, no estoy seguro, me encantan los colores vivos pero tengo un reflejo faríngeo muy desarrollado, así que ahora ya no me parece la mejor opción, aunque justo en ésta he invertido más dinero y más tiempo que en las demás. ¿O solamente abrir la ventana del dormitorio y dejarme llevar por el viento?” 

“¿Vas a seguir hablando sobre tus rutas a la eternidad o quieres que siga follándote y te enseñe las nuevas galaxias?”

“Perdón, mi rosita hermosa, sigue tú y llévame por tu vía láctea.”

“Me encanta este té verde que compramos juntos, antes me gustaba más el negro, pero gracias a tí estoy descubriendo los nuevos sabores de la vida y lo que verdaderamente me gusta. Contigo es todo mucho más fácil y eso me hace sentir más fuerte y más libre. Compartimos todo. Nuestras ganas de vivir, nuestras fantasías, nuestros gustos, nuestros placeres, nuestros miedos, nuestras lágrimas, nuestro dolor y nuestro amor incondicional.”

“¿Qué vas a desayunar, mi amor? ¿Una tostada con mantequilla de cacahuetes y mermelada de fresa o avena con leche en polvo, higos y pipas de calabaza?”

“Creo que primero tomo el té y luego a tí y a tu dulce papaya.” 

  “Ven a la ducha conmigo y lo hacemos una vez más antes de salir.”

“Me encantan tus manos, son tan tiernas y suaves. Me pone cuando juegas con mis pezones y me tocas la barriga por debajo del ombligo, pero lo que más me pone de todo es cuando metes tus dedos con las uñas pintadas en mi boca y yo los saboreo con mi lengua.” 

✲✲✲

“No sé como describirlo bien, es como si alguien me estuviera persiguiendo constantemente, pero no de la manera tradicional, normal y corriente, es más bien como si estuviera escondida dentro de mí una mujer hermosa que me espía y que me acompaña en todo lo que hago. Como si ella fuera lo que me faltaba para sentirme completo, mi alma gemela o algo así, no sé, todo es muy confuso, a veces creo que me he vuelto loco. Hasta que me compré un libro para ver cómo alcanzar la plena unión con ella a través de un yo superior.”

“¿Y qué siente pensando en todo esto que me acaba de decir?”

“Miedo, confusión, conexión, amor incondicional.”

“¿Y que más?”

“¿Deseo, atracción, simpatía?”

“¿Me lo podría especificar un poco más, por favor?”

“Es como si a través de ella estuviera descubriendo algo que antes ni siquiera sabía que existía. Deseos guardados hasta ahora en las profundidades de mi interior durante toda la vida. Al principio me atemorizaba pero ahora no puedo parar de pensar en ella.”

“¿¡Qué!? ¿Qué es lo que me está diciendo? Por favor, ahora de verdad necesito que sea lo más claro posible, aunque sé que estamos abordando un tema muy complejo.”

“Cuando apareció hace unos meses, me asustó mucho, aunque ya sabía de antes que en algún momento iba a aparecer. Estuve varias semanas sin dormir, no podía salir de casa y por mi cabeza pasaban mis peores miedos. De vez en cuando conseguía dormir un rato, pero al momento me despertaba temblando. La verdad no sé cómo pude aguantar tanto tiempo sin dormir. Pero bueno, luego poco a poco empezamos a hacernos amigos, me di cuenta de que no me quería hacer daño y más bien me ayudó a encarar lo que temía para sentirme más libre.”

“¿Me podría dar algún ejemplo de lo que hacen juntos con esa mujer tan misteriosa? Hoy me cuesta un poco entenderlo.” 

“De acuerdo, así que, por ejemplo, me acompañó cuando fui a comprarme mi nuevo piano, me ayudó a elegirlo porque sabe sobre la música y los instrumentos musicales mucho más que yo. Yo no sé ni siquiera leer las partituras, pero ya desde pequeño quería aprender a tocar el piano, es un instrumento que siempre me ha llamado mucho la atención, me gusta como suena. Pero bueno, aunque no sé mucho sobre la teoría de la música, me encanta escucharla y a ella también, la escuchamos juntos en spotify. Le gusta la mayoría de las canciones que pongo yo y ella a veces pone las que le gustan a ella, pero soy yo quien siempre tiene que poner la primera, a veces le falta un poco de iniciativa. Lo que también compartimos es que a los dos nos gustan los colores llamativos y todo lo que luce y brilla. Yo me quería comprar un piano digital muy sencillo o más bien un teclado con soporte, pero ella no pudo soportarlo y me insistió en que me comprara un Petrof tradicional pero en rojo chillante.” Suspira, levanta sus gafas de sol con marco rojo y se arregla su chaqueta plateada de lentejuelas.   

“¿Así que es su amiga imaginaria? ¿Cree que la podríamos definir así?”

“Sí, primero lo fue y luego se convirtió en mi amante.”

“¿Podría decirme cuál es su definición de amante?” Apunta algo en su libreta. 

 “Un día por la mañana cuando me estaba duchando, ella empezó a mover mi mano y me hizo la mejor paja de mi vida, no sé, era muy diferente que otras veces, no sentí mi mano áspera llena de callos sino una mano muy suave con olor fresco a nuevos horizontes y con uñas pintadas de color fucsia. Y cuando me hago la paja de noche tumbado boca arriba en la cama es como si la sintiera sentada encima de mí, así que pongo mis manos en sus caderas y la ayudo hacer esos movimientos suaves que nos llenan de placer a los dos mientras me hundo en ella. Pero bueno, luego ya no son tan suaves, se convierte en una fiera muy salvaje y la tengo que agarrar fuerte, aunque mis manos resbalan sobre su cuerpo empapado de su dulce sudor, para que no se caiga al suelo. Parece que no tiene límites ni ningunas inhibiciones. Y justo en estos momentos llenos de pura pasión cuando compartimos nuestra satisfacción mutua a veces grita de placer hasta más que yo. Es tan salvaje como su melena rubia con la que roza mi cuerpo mientras follamos el uno al otro.” Gime un poco y pasa la punta de su lengua por su labio superior.

“¿Y comparten algo más que sus gritos, gustos y fantasías sexuales?” Lo mira con mucho cuidado y asustada agarra con su mano derecha el tirante izquierdo de su vestido de leopardo.

“La verdad que desde que me acompaña ya no me siento tan solo y tan desesperado cuando me hago la paja y también en la vida en general como antes, porque con ella lo comparto todo. No sé si disfruto más del placer que me hace sentir ella a mí o solo de verla a ella disfrutando de su belleza conmigo. A veces me basta con contemplarla y sentirla cuando se masturba delante de mí mirando a mis ojos y observarla como se clava sus hermosos dedos en ese volcán lleno de lava ardiente entre sus piernas que está a punto de explotar. También me pone cuando me dirige su mirada fervorosa mientras me exprimo el jugo de mi pene con mis propias manos.” Se las mira y sigue hablando. “En realidad es la única persona con la que puedo compartir todo lo que hago, como si fuéramos iguales. ¿Me entiende? Bueno, se lo explico un poco más. Como si fuéramos iguales pero con algunas diferencias para poder complementarnos el uno al otro y así aportamos nuevas sensaciones a nuestras vidas. Como ya sabe yo soy poeta y ella se dedica, no sé a lo que se dedica exactamente pero se interesa mucho por mí y me presta toda su atención cuando hablo. Yo plenamente asumo que soy un hombre con un muy desarrollado lado femenino y ella, al contrario, es una mujer con un muy desarrollado lado masculino. Yo tengo mi polla y ella su coño y follando juntos nos fundimos en uno, como el yin yang pero con los colores del arco iris, en blanco y negro sería muy aburrido, ¿no cree?”

“¿Y hay alguna cosa que no comparte con ella o de verdad comparten todo las 24 horas del día?” E intenta controlar su respiración.

“Más bien diría que sobre todo de noche, para ser más exacto. Lo único que me cuesta imaginarme son sus besos, no sé cómo son sus labios, bueno sé como son visualmente, los visualizo perfectamente como si los hubiera visto en mis sueños o en alguna fotografía o vídeo, son grandes, rosados, llenos de pasión y hermosura, unos labios perfectos que un hombre de treinta y tres años como yo se pueda imaginar. Lo que me confunde mucho es que usa pintalabios y además cada día de un color diferente, así que esto es la única cosa de ella que me genera mucha ansiedad y supongo que por esto me cuesta mucho imaginarme besarla. No sé qué sentir cuando sus labios están tocando los míos. No sé si saben a fresa, frambuesa, miel o whisky irlandés, si son duros y firmes o más bien blanditos y suaves, pero bueno estoy seguro de que son los labios más atractivos de todo el universo y yo ya no me podré despegar nunca de ellos. A veces muerde mi labio inferior con sus dientes, me encantan sus dientes cuando me muerde donde sea y sobre todo cuando se ríe. También me gusta mucho cuando pasa su lengua mojadita por todo mi cuerpo y yo hago lo mismo con la mía explorando sus bellos paisajes. Uy, pero ahora pensándolo bien no sé cómo es su lengua. ¿Cómo será…?” Se queda pensativo y por fin se queda callado. 

“Lo siento mucho, Jesús, sé que nos estuvimos viendo cada semana durante los últimos seis años y en todo este tiempo ha hecho muchos avances en su desarrollo personal. También hemos entablado una relación de comprensión y confianza mutua, pero creo que en este momento lo debo derivar a un centro psiquiátrico. No puedo arriesgar mi estatus de psicóloga clínica siguiendo a solas con un caso tan grave como es el suyo. Le pido perdón pero de verdad no puedo seguir de esta manera. Serán 50 Euros.” Agarra el billete, mira con desconfianza en sí misma las uñas de su paciente más fiel y marca el número de la ambulancia. 

✲✲✲

“Hola, buenas tardes, me llamo Jesús, sufro de graves tendencias suicidas y mi terapeuta me acaba de mandar a este centro porque piensa que soy un psicópata por compartir mi amor incondicional.”

“Hola Jesús, bienvenido a nuestro grupo, yo me llamo Imna y ella es la Conchi.”

✲✲✲

Más tarde, cuando la luz ardiente del fuego del atardecer hipnotiza el aire y el cielo, justo en ese momento en el que la magia y la nostalgia que separa el día y la noche sobre esa oscura ciudad llena de almas en pena que lo único que anhelan es limpiar sus pecados del pasado, Ángel, uno de los chicos gay del coro, entra en la Iglesia del Sagrado Corazón y detrás de la puerta encuentra un bolso abierto lleno de pintalabios tirado en el suelo. Sin pensarlo demasiado, dirige su asustada mirada hacia el altar y ve una mujer colgando sobre el crucifijo central del presbiterio. Después de sacar a la hermosa mujer rubia con rizos deslumbrantes y uñas pintadas de color fucsia de la cruz, saca los grandes auriculares dorados, donde suena repetivamente la canción Ma-ma-ma-ma-mamaría de Richi e Poveri, de sus oídos, saca la cuerda marrón de su cuello y también saca un papel doblado color rosa claro del bolsillo de su gastada chaqueta roja de cuero, lo abre y con atención se pone a leer: 

Jesús, 

siento mucho haberte decepcionado después de que hayas proyectado toda tu confianza en mí y hayas alumbrado mi vida con tus brillos. Te quise follar desde aquel día que entraste en mi consultorio por primera vez.                                                                                       

                                                                    Cristina